En Argentina, cada año se acentúan los conflictos sociales vinculados a desalojos por el avance de la frontera agropecuaria, contaminación de agua por agroquímicos y por acciones de la megaminería y desmontes.
En relación a los pueblos indígenas argentinos y la problemática de la tierra podemos decir que el Estado nacional no cumple plenamente con el Art. 75 de la Constitución Nacional y las provincias dictan leyes que tampoco ayudan al proceso o demoran su aplicación. Agricultores y agricultoras familiares deben ejercer presión y desarrollar luchas en defensa de sus derechos.
Salta es una de las provincias con mayor tasa de NBI (necesidades básicas insatisfechas) de Argentina y posee una altísima criminalización de mujeres que lideran luchas en relación a conflictos por el acceso a la tierra y los recursos naturales con el Estado y privados.
Un ejemplo de ello, fue la lucha por la prórroga del artículo 9 de la ley provincial 7658 de Salta, que frena los desalojos de familias campesinas. Dicho artículo refiere a la suspensión por dos años, a partir del 31 de diciembre de 2017, de las ejecuciones de sentencias, de medidas cautelares y demás actuaciones o disposiciones judiciales, cuyo objeto sea el desalojo, desocupación o modificación de la situación de hecho de tierras poseídas por familias rurales y pequeños productores familiares. En octubre del 2021 fue prorrogada nuevamente.
En esta provincia hay casi 40 mil hogares sin acceso a agua potable y con necesidades básicas insatisfechas. Este problema es aún más urgente en la región del chaco salteño, comprendido por los departamentos de General San Martín y Rivadavia.
Tartagal es la cabecera del Departamento General José de San Martín, donde encontramos la selva de las Yungas. Tiene un enorme número de conflictos sociales vinculados a desalojos por avance de la frontera agropecuaria, contaminación de agua por agroquímicos y acciones de la megaminería y desmontes. Ante esta situación, los gobiernos – tanto nacional como provinciales – no dan respuesta a las demandas de los perjudicados sino que, al contrario, no sólo incumplen la legislación actual sino que también la han modificado en su detrimento, agudizando aún más la situación.
Mujeres indígenas de comunidades Wichí y Guaraní ubicadas en esta ciudad a 365 km de la capital provincial, a 57 km de la frontera con Bolivia y a 103 de la frontera con Paraguay, le ponen voz al monte para resistir al avance extractivista. Las amenazas de desalojo, los constantes desmontes ilegales y la contaminación por agrotóxicos no hacen quebrar la fuerza de las mujeres por defender el territorio y la permanencia de la memoria indígena que se refugia en el monte y en los cuerpos/territorios.
Mirá el Capítulo 4«El Monte»
Sobre las organizaciones locales
Asociación Civil ARETEDE
ARETEDE es una organización situada en Tartagal, Salta, que nuclea a mujeres wichi, guaraní, toba qom y chorote en la comunicación de las resistencias por el territorio y sus bienes naturales. El grupo se creó para acompañar a mujeres y comunidades originarias en diversos ámbitos de lucha, camino que las ha conducido a construir colectivamente diferentes acciones y áreas de intervención con las comunidades de la zona. En el año 2000, se formó el grupo de mujeres investigadoras en memoria étnica, quienes, además del intenso trabajo en historia y memoria, tomaron como uno de los estandartes de lucha, la gestión de una radio comunitaria indígena. Después de más de diez años, se hizo realidad, con la puesta al aire de la radio “La voz indígena”, que transmite en frecuencia modulada en el 94.5 del dial.
A las mujeres se les sumaron jóvenes y dirigentes pertenecientes a distintas comunidades y pueblos locales, que de a poco se integraron al equipo de la radio. El trabajo realizado por el grupo de comunicadores y comunicadoras ha sido distinguido a nivel nacional en varias ocasiones.
Por otra parte, el colectivo de mujeres/comunicadoras/es se ha hecho presente en las comunidades con conflicto territoriales y socioambientales desde distintas instancias: producción de programas y audios; cobertura de las noticias de los sucesos vinculados al conflicto y acompañamiento a las luchas en el territorio. Es el caso del reclamo de la comunidad Territorios Originarios Wichi y Las Palmeras (comunidades que comparten territorio) a quienes se está acompañando desde distintas instancias (actividades de apoyo jurídico mediante la procuración de su demanda judicial, en cuestiones organizativas, campañas de difusión, producción de audios y videos, producción y edición del libro Las Cuatro Voces del Viento etc.).
Radio La Voz Indígena
La Radio Indígena es parte del Centro Cultural de Mujeres Originarias y AREDETE es la Fundación que la administra. Es importante destacar que la radio tiene una línea editorial orientada a difundir las luchas de los pueblos originarios por tierras y territorios, la cultura, la historia, las problemáticas derivadas del impacto de la expansión de la frontera agropecuaria, los recursos naturales, los montes nativos etc., intentando desde este lugar estratégico, contribuir a la democratización de la palabra y la difusión de derechos. Con este objetivo se realizan programas culturales conducidos por mujeres guaraníes, wichi, tobas y chulupies.
Además de programas informativos y de interés general, también llevan adelante programas en donde se trabaja la problemática de género, la situación de las mujeres a través de la historia así como problemáticas actuales en relación a sus luchas, territorios, bienes naturales, etc. Es importante advertir la importancia de la autogestión como consecuencia de un proceso de crecimiento y lucha de las mujeres originarias. De esta manera el objetivo del grupo de mujeres que hoy dirige y gestiona el espacio está centrado en el fortalecimiento del colectivo del centro cultural Litania Prado, como espacio de proyección intercultural y de construcción contrahegemónica, desarrollando el arte, la memoria, comunicación y producción de los pueblos originarios de la zona.
Problemáticas territoriales y acceso a agua
Según el Censo Nacional de 2010, en Argentina 5.3 millones de personas todavía no tienen acceso al agua potable dentro de su vivienda y cerca de 1 millón no lo tiene en el perímetro de su terreno, especialmente en varias de las provincias que integran la región del Gran Chaco, como es el caso de Salta, con el 23, 6% de hogares sin agua. Dato que se agrava al discriminar las zonas rurales de las urbanas.
Tartagal es una ciudad ubicada al noreste de la provincia salteña, en el Departamento San Martín. Según el padrón provisional de comunidades indígenas de esa provincia, en el departamento San Martín, existen 76 comunidades indígenas inscriptas en el registro de la Dirección General de Inspección de Personas Jurídicas, en cumplimiento de lo establecido en el Dcto. 2421/14 del Poder Ejecutivo de convocatoria a Elección de Autoridades del Instituto Provincial de Pueblos Indígenas de Salta. Las mismas corresponden con 7 etnias: TOBA; WICHI; CHOROTE; CHULUPI; GUARANI; KOLLA; TAPIETES.
En Tartagal conviven todas estas comunidades, cada una con sus propios usos, costumbres y cosmovisiones, conformando un diverso, plural y rico territorio. Tanto desde lo cultural como desde los bienes naturales que alberga. Sin embargo, esta zona es también tierra de disputas y conflictos, donde los pueblos originarios resisten al avasallamiento sobre los territorios y bienes naturales, la tala indiscriminada del monte, el avance de la frontera agropecuaria y las inequidades en el acceso al agua.
En este contexto, en el 2000, se formó el grupo de mujeres investigadoras en memoria étnica, quienes, además del intenso trabajo en historia y memoria, tomaron como uno de los estandartes de lucha, la gestión de una radio comunitaria indígena y dio origen a la Asociación ARETEDE, que nuclea a mujeres guaraníes, wichi, tobas y chorote en la comunicación de las resistencias por el territorio y sus bienes naturales.
Actualmente se suma a las luchas de estas mujeres por el territorio, la necesidad de contar con fuentes seguras de agua para las comunidades indígenas. Necesidad crucial para poder vivir en sus territorios ancestrales y desarrollar sus vidas comunitarias. Estas comunidades indígenas son cazadoras y recolectoras, o viven de la pequeña producción familiar. Su vínculo con el monte y los bienes naturales es parte de su supervivencia y cosmovisión.
Desde la época de la colonia, estas comunidades sufren múltiples violencias que ponen en riesgo la permanencia en el territorio. Avances de la frontera agropecuaria sobre sus tierras, desmontes ilegales y falta de agua en sus comunidades son de las problemáticas más sentidas en la actualidad. Para abastecer de agua a sus familias, acopian agua de lluvia, o la que lleva el municipio en épocas de seca, en pequeños tanques o bidones que antes contenían agrotóxicos de las fincas de soja que se encuentran bordeando a las comunidades.
Otras familias, que tienen más cercanía al río, consumen esa agua, pero también almacenan en bidones contaminados. No les dura mucho el agua, y llegan a pasar semanas sin tener acceso real al recurso.
Articulaciones para el territorio
La problemática del agua es grave y compleja, por eso, a partir de los aprendizajes obtenidos por grupos de mujeres defensoras en la construcciones comunitarias de cisternas de ferrocemento y placa (de 10.000 lt y 16.000 lt respectivamente) en la región del Salado Norte-Santiago del Estero, impulsamos desde el 2022 un programa de replica y autocapacitación para realizar doce sistemas de recolección de agua de lluvia y reservorio en Tartagal, específicamente en las comunidades de Mistol, Siwok, Hcomlake, Lote 9 y Comunidad km6.
Estas cisternas, al ser las primeras de la zona, tienen un gran valor no solo para el acceso al agua y el fortalecimiento de la seguridad alimentaria de las comunidades, sino también como proceso práctico de aprendizaje en la autoconstrucción para las comunidades indígenas locales.
Cada sistema estará compuesto de una cisterna o reservorio de agua que se complementará con un módulo de adaptación de techo que implica instalación de canaletas, sistemas de bajada y bombas manuales para la extracción de agua y un techo como superficie de captación del agua de lluvia, que se adosa a las viviendas.
La construcción de los módulos de agua serán auto-construidos por ARETEDE, con apoyo de la Secretaría de Agricultura Familiar y las familias de la comunidad. Se trabajará con un fuerte énfasis en el empoderamiento de las comunidades indígenas locales y principalmente de las mujeres en la comunidad, respetando y partiendo de sus prácticas y usos culturales.
Como las cisternas son comunitarias, el programa, apoyado por Fundación Plurales y Oxfam Argentina, beneficiará a más 800 familias.
Con la construcción de las cisternas se pretende además, fortalecer el entramado sociocomunitario de las poblaciones y generar nuevas herramientas para fortalecer los derechos territoriales de las comunidades indígenas en la zona.
Para realizar estas acciones también se contarán con el apoyo de redes de las que las comunidades forman parte, como el Programa SEDCERO (red multiactoral por los derechos a acceso a agua para consumo, producción y saneamiento); ENI Argentina (Plataforma nacional por los derechos a la tierra impulsada por los miembros de la International Land Coalition en Argentina); el Programa Defensoras Ambientales y la Mesa provincial de Agua de Salta (mesa multiactoral conformada para articular esfuerzos que mejoren el acceso a agua en la provincia).